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Genesis 3: 17/21 17 Luego Dios le dijo al hombre:—Ya que tú obedeciste a tu mujer y comiste del árbol que yo te había prohibido, la tierra estará maldita por tu culpa. Tendrás que conseguir la comida por medio de duro trabajo, durante todos los días de tu vida. 18 Del suelo nacerán cardos y espinas para ti,
y tendrás que comer plantas del campo.[a] 19 Obtendrás tu comida trabajando duramente hasta que mueras y regreses al polvo, porque tú saliste de allí. Polvo eres y en polvo te convertirás.
20 El hombre le puso a su mujer el nombre «Eva»[b], ya que ella se convertiría en madre de todos los seres humanos. PDT.
... muerta, es la condición puramente humana, puramente corporal, estrictamente "material, física", ida, es decir haber perdido el Espíritu que es la Vida, condición resultado de haber perdido la vida, que es Espiritu, pues la Vida es Dios, y Dios es Espíritu, El decidió en la Omniinfalibilidad de sus Criterio hacer partícipes genéticamente a los creados como hijos, e hijas, incorporándolos a su Naturaleza Divina, a la Inherencia de su Divinidad, mediante el Poder que Opera en Cristo Jesus.
Juan 1: 10/13 10 Aquel que es la Palabra estaba en el mundo; y, aunque Dios hizo el mundo por medio de él, los que son del mundo no lo reconocieron. 11 Vino a su propio mundo, pero los suyos no lo recibieron. 12 Pero a quienes lo recibieron y creyeron en él, les concedió el privilegio de llegar a ser hijos de Dios. 13 Y son hijos de Dios, no por la naturaleza ni los deseos humanos, sino porque Dios los ha engendrado. DHH.
Los registros Celestiales, "los prontuarios" de cada uno de los seres humanos que pasara por este mundo, son compulsados al Tribunal Divino de la Justicia de Dios, para ser sometidos a la redención de la pena de muerte conseguida por la gente consecuencia de sus decisiones, entonces el acusador, el fiscal del infierno, sera sometido al rigor del Abogado Defensor, de los hermanos, que se hayan, sometido voluntariamente al pago de su deuda, en la Sangre de Cristo Jesus.
Romanos 10: 6/10 6 Pero la justicia que se basa en la fe dice así: «No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (Es decir, para hacer que Cristo baje.) 7 ¿O quién bajará al abismo? (Es decir, para hacer subir a Cristo de entre los muertos.)» 8 Lo que dice es: «La palabra está cerca de ti, en tu boca y en tu corazón.» Ésta es la palabra de fe que predicamos: 9 «Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo.» 10 Porque con el corazón se cree para alcanzar la justicia, pero con la boca se confiesa para alcanzar la salvación. RVC.
La naturaleza ciega, material, física, muerta, somete su culpa, confesándola, sin reserva, por completo, con todo detalle, pero en particular, con apego al daño causado a los congéneres, muy particularmente a los inocentes, a los débiles, a los niños y a las niñas, sin dejar detalle, de modo que la absolución del Padre, Corresponda al 2tamaño de la culpabilidad", para no haya nada encubierto, que pueda usar el acusador-satanas-, para desvirtuar el Pago Total en la Sangre de Cristo Jesus.
1 de Juan 2: 1/5 Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no pequen. Si alguno ha pecado, tenemos un abogado ante el Padre, a Jesucristo el justo. 2 Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. 3 Con esto podemos saber que lo conocemos: si obedecemos sus mandamientos. 4 El que dice: «Yo lo conozco», y no obedece sus mandamientos, es un mentiroso, y no hay verdad en él. 5 El amor de Dios se ha perfeccionado verdaderamente en el que obedece su palabra, y por esto sabemos que estamos en él. RVC.
Así es como no hay ninguna condenación para quienes están en Cristo Jesus, en quien han recibido por Amor-Gracia-. el perdón y la Justificación por los pecados cometidos desde la entrada a este mundo, hasta cuando surta efecto la declaración de libertad de los hijos, declaración que cambia su fe en los demonios, y la deposita en su Señor y Salvador, Cristo Jesus, declarado por tanto nuevamente hijo, o hija de Dios, y puesto como miembros de la familia de Dios.
Romanos 8: 1/5 Por tanto, no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu, 2 porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. 3 Porque Dios ha hecho lo que para la ley era imposible hacer, debido a que era débil por su naturaleza pecaminosa: por causa del pecado envió a su Hijo en una condición semejante a la del hombre pecador, y de esa manera condenó al pecado en la carne, 4 para que la justicia de la ley se cumpliera en nosotros, que no seguimos los pasos de nuestra carne, sino los del Espíritu. 5 Porque los que siguen los pasos de la carne fijan su atención en lo que es de la carne, pero los que son del Espíritu, la fijan en lo que es del Espíritu. RVC.