Esclavitud?
Romanos 6: 16
16Ustedes saben que quien siempre obedece a una persona, llega a ser su esclavo. Nosotros podemos servir al pecado y morir, o bien obedecer a Dios y recibir su perdón. Versión Lenguaje sencillo
Si somos sencillos al intentar entender porque cumplimos con la tarea diaria, diremos que es el resultado de obedecer. Esta sencilla respuesta nos permite formular una pregunta; obedecer, a Quien?
Aquí termina lo sencillo y se hace realidad, una consecuencia que es individual, que es para quien se atrevió a ser sencillo y que ahora está en medio de algo, que tal vez no quiere analizar. ¿Lo que hago o dejo de hacer, son todos actos de obediencia? ¿Esa obediencia, llega a ser esclavitud? Como puede ser que Yo sea esclavo, sin saberlo, y que sin saberlo tenga un amo y señor, que es quien en realidad me gobierna?
Continua el proceso, en el que estamos profundizando, y al aparecer palabras como, pecado y Perdón, el análisis parece llegar a un punto, en el que nos sentimos cómodos y en lo individual, quizás nos digamos…
¿Pecado, Dios, Perdón?, esas son palabras religiosas, no tengo que preocuparme por nada de esto, porque al fin y al cabo yo no soy parte de ninguna religión. Sin embargo reconozco que algunas veces voy a esos lugares a los que mis padres, o sus padres, o familiares, asisten y en los que según ellos “está” Dios.
2 de Pedro 2: 17/19 17Esos falsos maestros son como pozos secos, sin agua; ¡como nubes llevadas por fuertes vientos! Dios los castigará echándolos para siempre a la más profunda oscuridad. 18Porque ellos impresionan a la gente diciendo cosas bonitas, que en realidad no sirven para nada. Obligan a otros a participar en sus mismos vicios y malos deseos; engañan a los que con mucho esfuerzo apenas logran alejarse del pecado. 19Les prometen que serán libres para hacer lo que quieran, pero ellos mismos no pueden dejar de hacer el mal. ¡Ese mismo mal acabará por destruirlos! Pues el que no puede dejar de pecar es esclavo del pecado. Versión Lenguaje Sencillo.
No importa qué clase de argumento usemos para tranquilizar nuestras conciencias, la verdad es que lo que hacemos, es resultado de una de las dos formas de esclavitud que existen, esclavitud al pecado o esclavitud al amor y la santidad de Dios.
No podemos esperar que la forma en que vivimos, resultado de aquello a lo que obedecemos, de resultados opuestos, si obedecemos al pecado, las consecuencias serán consistentes con ese estilo de vida, tanto como si obedecemos a Dios y recibimos su perdón y su amor.
Comprometernos con el análisis de nuestro estilo de vida, ha de situarnos en la verdad, a la que tenemos que responder en privado, asumiendo la responsabilidad que nos toca a cada uno; nuestra respuesta ha de producir un resultado, resultado que traducido es: A que amo decido servir, a que amo decido obedecer.
1 de Corintios 9: 9/21 19Aunque soy libre, vivo como si fuera el esclavo de todos. Así ayudo al mayor número posible de personas a creer en Cristo. 20Cuando estoy con los judíos, vivo como judío para ayudarlos a creer en Cristo. Por eso cumplo con la ley de Moisés, aunque en realidad no estoy obligado a hacerlo. 21Y cuando estoy con los que no obedecen la ley de Moisés, vivo como uno de ellos, para ayudarlos a creer en Cristo. Esto no significa que no obedezca yo la ley de Dios. Al contrario, la obedezco, pues sigo la ley de Cristo. Versión Lenguaje Sencillo