¿Quién es el que razona, acerca de Dios?
Lucas 4: 3
3Entonces el diablo le dijo: Si eres el Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan. Versión Castilian
Las cuentas que explican cuanto tenemos que pagar, por los objetos o mercancías que compramos, nos hacen dudar, cuando el total es pronunciado por el que cobra; para estar seguros lo que hacemos es, “sacar la calculadora, o papel y lápiz”, para comprobar que la cantidad a pagar es correcta.
Tan cierto es esto, que en todos los lugares, en que se compra y se vende, las cuentas no son hechas por la gente, sino que las calculadoras, van llevando los datos de nuestra compra o nuestra venta, uno por uno; objeto y cantidad, y lo van agregando, de manera que al final, podamos, si queremos confirmar cada artículo y su valor uno por uno, para confirmar el valor que hemos pagado.
El sistema comercial, respeta con cálculos exactos, no aproximados, lo que cada articulo cuesta, pero principalmente, lo que hace el sistema es garantizar que sea respetado y cuidado el dinero de cada quien. El sistema comercial sabe lo que representa el dinero para la gente, y sus mayores esfuerzos están dirigidos a convencerlos de que les están dando lo máximo a cambio de él.
En medio de estas consideraciones, llama la atención, que aunque casi toda la gente sabe de aritmética y sabe cómo realizar las operaciones básicas, que le permiten estar seguros de lo que pasa con el dinero, no se conforman con eso “afirmando; Como el cajero sabe de aritmética y yo también”, voy a confiar en la cuenta que me está presentando.
De ninguna manera, no es así, cada quien somete las cuentas a las reglas aritméticas y sin importar lo que les digan sacan “sus calculadoras” para comprobar lo que les dicen. En estos casos no valen los argumentos del cajero o vendedor, no vale que les digan que tienen que aceptar lo que les dicen porque son doctores en matemáticas y porque tienen una muy larga experiencia manejando las cuentas.
Nada de esto funciona para la gente que cuida su dinero y lo que quiere hacer con él. No valen explicaciones, por muy bonitas o complicadas que sean, lo único que aceptan es, lo que dice la calculadora, que es la forma como, la norma aritmética exacta es respaldada.
Hoy son muy pocas las gentes, que no han oído alguna vez, el nombre de Jesús, es decir que prácticamente toda la población de la tierra ha oído alguna vez ese Nombre Precioso, y la gran mayoría de los seres humanos extendidos por el mundo, no ha procedido con ese Nombre y con lo que de ese Nombre se dice, conforme a lo que hacen con su dinero.
Inexplicablemente en este caso, aceptan cualquier argumento, en relación con el Nombre de Jesús y terminan razonando, unos con otros ante, Dios para hacer las cuentas a la manera de cada quien. No tienen el más mínimo cuidado de comprobar lo que de Cristo Jesús se dice y de lo que Él dice, buscando pruebas en la “Calculadora que es infalible respecto a Él; La Biblia”. En este caso, no importa la “cantidad que nos digan y quien sea el que la dice”, la gente la acepta.
Se trata de los argumentos humanos, que tienen un trasfondo bien conocido; Génesis 3: 1 1Y la serpiente era más astuta que cualquiera de los animales del campo que el SEÑOR Dios había hecho. Y dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: "No comeréis de ningún árbol del huerto"? Biblia de las Américas. Trasfondo que muy a propósito, es esquivado también.
Tan esquivado es el verdadero autor de semejante “liviandad”, o mejor dicho, tan poco tenido en cuenta, que la gente, jamás se detiene a considerar, porque piensa como piensa y porque hace lo que hace. Es porque, aquel autor intelectual antiguo, no está interesado en que los seres humanos se den cuenta, de la forma como los invita segundo a segundo a “cometer”, actos de beneficio individual.
“¿Conque Dios ha dicho”?, es el razonamiento, es el argumento, que fue utilizado, con los primeros hombre y mujer, e inclusive contra el creador. ¿Cómo no será utilizado, con todos las demás criaturas, salidas de las amorosas manos de Cristo Jesús?. Aunque interiormente, escuchamos siempre los argumentos de Satanás, la serpiente antigua (Apocalipsis 12: 9 9Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él. Reina Valera 60), El culpable de “hacer”, no es Satanás, sino el ser humano, que cayó en la trampa del razonamiento, que modifica, miente, o acomoda, el resultado de la única calculadora que es realmente infalible, La Biblia.
Qué opina usted, hoy, acerca de lo que Dios dice, acerca de la vida y de la muerte. Que ocurriría, si usted tuviera que acudir a su presencia ahora mismo? ¿Qué le han dicho los que actúan como instrumentos religiosos del engañador? No cree que es tiempo de usar por su cuenta la Calculadora divina, que nunca se equivoca y que no trata estos temas “más o menos”.
Ustedes pueden estar seguros, que si su decisión es legítima, Dios, les revelara Quien es Cristo Jesús y que representa El para ustedes, podrán entender porque están pasando por la situación en que están ahora y lo que es más importante, El, por amor, les dará la guía plena para salir adelante.
He aquí la máxima promesa de Dios para ustedes, de la cual dependerá todo lo demás en este mundo y en el venidero: Romanos 10: 9/10 9que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo *levantó de entre los muertos, serás salvo. 10Porque con el corazón se cree para ser *justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo. Nueva Vesión Internacional